La vida me fue guiando, desde muy pequeño a identificar el por qué las empresas son la fuente.
Hubo algo que desde pequeño siempre me motivo a ir más allá, a no esperar que las cosas sucedieran, creo que desde acá salió mi orgullo por crear empresa. Adicionalmente vengo de familia de clase media y me gusta el dinero y poder darme los gustos. Entendí que la economía familiar, aunque nunca faltó nada, no podía siempre PEDIR para tener lo que deseaba, mis padres siempre me enseñaron que las cosas se consiguen con el sudor de la frente. Si quería algo me proponían hacer un trabajo para ganar un dinero y con este dinero poder comprar lo que yo tanto anhelaba, cuando el dinero no me alcanzaba, me enseñaron lo que era un crédito.
Me prestaban y me lo descontaban de la mesada, esto me dio orden, estructura y capacidad de lucha.
Luego fui aprendiendo de los negocios, comencé produciendo y vendiendo minisigüí, pasé por el cofio, por venta de peces, venta de ropa, compra y reparación de siniestros de vehículos, huevos de codorniz y muchos otros intentos. En todos ellos aprendí que quebrarse no es lo malo, lo malo es no aprender de los errores que se comenten. Todas estas oportunidades me fueron mostrando el camino, para hacer empresa y cada vez hacerlo mejor, todavía estoy aprendiendo.
Las empresas son la fuente
Lo más importante de todo este aprendizaje fue que me di cuenta de que LAS EMPRESAS SON LA FUENTE. Aun con mis errores, mis quiebras y todo lo que esto conlleva, mientras cada intento empresarial se daba había FUENTE para empleo, economía, alimento, salud, educación, tranquilidad, paz y mejoramiento de la calidad de vida, esto son las empresas, LA FUENTE.
Una empresa donde los socios arriesgamos mucho, y lo hacemos como amor, aunque algunos somos de temperamento fuerte, siempre lo hacemos por amor al prójimo, a la sociedad y a nuestras familias y claro que también amor a nosotros mismos.
Todo negocio tiene una causa, un propósito más allá del resultado financiero, tiene una razón de existir. El propósito es la estrategia.
Las empresas tienen un impacto mucho más positivo en el mundo si se basan en un propósito superior que vaya más allá de generar beneficios y valor para los accionistas. Este valor esencial le da vida al negocio, aumenta el compromiso de quienes trabajan en ella, atraen a sus clientes y ello se revierte en los ingresos.
En las empresas se genera el EMPLEO que da estabilidad emocional, salud y tranquilidad económica a las familias, por eso cuando a las empresas les va mal, no le va mal a los socios (nosotros pagamos al fin si o si) pero a las familias de las personas de nuestro equipo les va mal, se disminuye todo su ingreso, se quedan sin salud, sin educación y con un golpe emocional muy crítico para sus hogares.

Una empresa no puede verse como solo la que vende “algo”, es la que genera ingresos para poder recibir un salario, que nos paguen la salud y no solo la de los miembros del equipo si no a todos sus beneficiarios (adorada ley 100), a que tengamos derecho a diversión y esparcimiento (cajas de compensación), educación, porque las empresas debemos capacitar a nuestros equipos y aunque no lo hagamos de manera formal siempre se aprende en ellas, pero además los hijos pueden tener acceso a estudios en muchos casos.
Con el salario las personas del equipo se lleva alimento a los hogares, se logran servicios, tener vivienda y si el tiempo y la dedicación lo permiten un buen futuro económico, adquirir casa propia, vehículo y mucho más.
Siempre defenderé el capitalismo, pero un capitalismo consciente y social donde se dé una buena distribución de la riqueza y los ingresos. Como dice mi buen amigo Evaristo Piedrahita, Hablemos bien de las empresas, las empresas son LA FUENTE.